jueves, 28 de abril de 2011

Argana forever

Hoy algo ha pasado en un lugar especial. Un lugar especial por todo los acontecimientos que han sucedido, en los últimos 1000 anyos quizas, un lugar que va escribir una pagina más en su aveces amarga, y en su aveces dulce historia.
Hoy no se sabe muy bien una parte de mis recuerdos más dulces han volado por el aire. El cafe Argana ha volado por el aire y en ello se ha ido una parte de mi Macondo personal que vivi en el desierto, como si lo que senti hace dos años hubiera pasado hace 15 y entre medio un sin fin de desgracias y logros me hubiesen borrado todo el recuerdo y toda la felicidad que senti en esa plaza.
Hoy he recogido la libreta que usé para prepararme el viaje a Marrackech y encontré el mapa que había dibujado yo mismo para llegar al hostel y como se veía dibujada la esquina donde entonces había el café y ahora hay 14 vidas menos.
Les voy a contar que lo que una vez fue el punto de referencia donde empezaba una aventura a la que hoy asisto como espectador y una vez fuy protagonista, protagonista de mi propia vida, algo que hoy me cuesta mucho de ser. Ese punto de partida y los 10 metros que lo rodean son los niños que vendían dulces, los hombres que empujaban carros y dormían la siesta, es Youssef regateando y escupiendo en el suelo para comprarme la camiseta roja que llevo puesta, son los tendederos de zumos que nos invitavan a subir a su parada, el hombre que nos vino a hacer venda ambulante y se llevó una paliza de la policia, es el mercader que me llamó bereber, mi primer atei nana, es la última cena con las croatas y Nabil, es el locutorio donde llamé a casa, es el tejado lleno de antenas parabólicas sobre paredes de barro, es la despedida de Fátima, es el abrazo con Jordi antes de separnos.
En ese café reposan los restos de 14 personas, y reposan los restos de mis recuerdos, de 15 dias de felicidad encadenada, segundo a segundo, en los cuales me converti en casi todo lo que soy y lo que siempre he querido ser. En ese café yo nunca tomé un té, pero pase tantas veces delante de él que no fuy capaz de percartarme que algunos grandes momentos de mi vida tubieron como fondo de escenario sus ventanas. Y comparto el luto y el miedo que mis hermanos del desierto ahora sienten, yo estoy con ellos, igual que ellos siempre estan en mi.